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Tengo una gran fe en el control de las expectativas pero he observado que hay pocas formas mejores de socavar el placer potencial de un viaje y el éxito de una inversión que limitarse con nociones preconcebidas.
Dicho esto, yo mismo he sido víctima de asunciones o sesgos injustos. Cuando viajé con mi equipo ala Repúblicade Botsuana recientemente, debo confesar que esperaba encontrarme infraestructuras deterioradas y condiciones de pobreza, como se pueden observar en algunos países del África subsahariana. Sin embargo, la experiencia real fue bastante sorprendente. Cuando aterrizamos en la capital, Gaborone, vimos que el aeropuerto había sido remodelado recientemente con la intención de crear una sensación agradable, eficiente y positiva a la llegada de los viajeros.
Esto marcó el tono de otras sorpresas agradables que encontramos allí, como las oportunidades inesperadas en nuevas industrias para seguir investigando. Además de un nuevo aeropuerto moderno y eficiente, vimos muchas construcciones de oficinas y apartamentos nuevos, buenas carreteras, y percibimos buenas perspectivas a nivel general.
Como uno de los mayores exportadores de diamantes del mundo, la minería ha sido un impulsor clave de la economía de Botsuana. Desde que se independizó en 1966, Botsuana ha conseguido pasar de ser uno de los países más pobres del mundo a un país con uno de los índices de crecimiento más rápidos del mundo y, en consecuencia, con una clase media en aumento. El Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento del PIB de Botsuana en 2013 del 4,1 %.1
Con uno de los regímenes más estables y progresivos de África, Botsuana cuenta con una base global y variada para las exportaciones y, a pesar de algunos problemas sociales, creemos que es una verdadera historia de éxito en África. Descubrimos la manera en que los líderes han diversificado la economía a través del turismo e iniciativas como la introducción de centros de procesamiento de datos y llamadas.
El objetivo de nuestro viaje era visitar una empresa que, en teoría, parecía atractiva como una potencial inversión. Los directivos hicieron una presentación impresionante y describieron sus productos con brío. Pero más tarde, en un supermercado local, me di cuenta de que los artículos de la empresa estaban confinados en las esquinas más lejanas de la tienda, donde resultaba difícil que los clientes pudieran encontrarlos. Esto supuso una advertencia para que siguiéramos investigando más a fondo el potencial de crecimiento de la empresa. La experiencia sirvió para recordar que, a veces, no solo hay que ver las cosas por uno mismo sino que hay que escarbar en la superficie de lo que otros nos cuentan.
Después de la primera visita a Botsuana, tuvimos la sensación de que el país parecía un buen lugar para el crecimiento y la inversión potencial pero quizás no la empresa que habíamos ido a examinar en un principio. Esto confirmó el motivo por el que viajo tanto: la intuición sobre la inversión más la observación de primera mano y el análisis son una combinación poderosa.
Otro buen ejemplo: cuando estoy en un país y no estoy en medio de un atasco al menos una vez, desconfío de su potencial de crecimiento. ¿Por qué? Cuando una economía está en auge, a veces se produce congestión porque la infraestructura no puede mantener el ritmo del crecimiento. El número de camiones en las carreteras también puede ser un indicador importante de la demanda de bienes y servicios que entran y salen de un país.
A veces, cuando hay mucho tráfico que bloquea la carretera, hay que tomar una ruta distinta. Si sigue la misma ruta que los demás, también se puede paralizar el avance en el logro de los objetivos de inversión. El fundador de Templeton, el difunto Sir John Templeton, fue partidario de no seguir a la multitud. Una de sus citas más famosas es “Comprar cuando otros venden con desánimo y vender cuando otros compran ávidamente requiere la mayor fortaleza y ofrece la mayor recompensa”.
En al ámbito de las finanzas conductuales, seguir a la multitud se denomina “comportamiento de rebaño”. Muchos de nosotros estamos condicionados a creer que la sabiduría colectiva de la multitud es superior a nuestras propias ideas pero la mentalidad de rebaño puede impedir que logremos nuestros objetivos de inversión. A veces hay que confiar en la intuición propia. Aquí se incluye un buen video sobre el tema que quería compartir y que ilustra de una manera divertida los riesgos de seguir a la multitud.
Los inversionistas de Estados Unidos pueden ver el vídeo aquí
Los inversionistas de fuera de Estados Unidos pueden ver el vídeo aquí
La lección de todo esto como inversionistas es lo que mi equipo y yo continuamente nos esforzamos por hacer: mantener una mentalidad abierta, confiar en nuestra intuición y evitar seguir a la multitud tanto en las calles como en los mercados de títulos.
1. Fuente: Derechos de autor © del Fondo Monetario Internacional. “Perspectivas de la economía mundial”, octubre de 2012.