Este artículo también está disponible en: Inglés, Chino simplificado, Holandés, Francés, Alemán
La muerte del rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, no llegó por sorpresa, pues la salud del monarca de 88 años se había agravado desde hacía un tiempo; no obstante, causó conmoción entre los tailandeses y se podía leer el dolor y angustia en sus rostros. Viví en Tailandia hace muchos años, y me entristeció personalmente oír las noticias de su fallecimiento y saber lo muy venerado que era allí. Si bien sus poderes políticos eran limitados, Bhumibol no solo era considerado como un elemento de estabilización sino que también era, de hecho, una influencia muy importante sobre el estamento militar, la administración y todos los demás segmentos de la sociedad. Ayudó a asegurar la estabilidad durante su reinado de 70 años, que abarcó muchos cambios —y a veces turbulencias—, no solo en Tailandia sino en todo el mundo.
Cuando las preocupaciones sobre la salud de Bhumibol empezaron a intensificarse, la bolsa tailandesa y su divisa, el baht, también comenzaron a debilitarse. Como monarca más veterano del mundo y dada la fuerte devoción que siente por él la población tailandesa, las repercusiones de la sucesión real son motivo de incertidumbre en Tailandia desde hace unos años, aunque se prevé que el príncipe heredero, Maha Vajiralongkorn, suceda a su padre cuando llegue el momento. Creo que los tailandeses tardarán en acostumbrarse al cambio y, si bien no goza del mismo prestigio que su padre, es de esperar que el príncipe ocupe el lugar que le corresponde y ayude a Tailandia a avanzar en la buena dirección. Algo que sí sabemos es que la situación actual en Tailandia es muy dinámica y sujeta a muchos cambios. El país ha sufrido varios golpes de Estado, y está gobernado por una junta militar desde el que se produjo en 2014. En 2017 se celebrarán elecciones generales en Tailandia, por lo que podría haber algunos cambios importantes y los inversores tienen que estar preparados para ello, así como para la volatilidad del mercado.
El mercado de renta variable tailandés ha reaccionado negativamente ante la incertidumbre actual; lo que más preocupa es la posible inestabilidad debido a los conflictos de intereses entre distintos grupos después de la sucesión, incluidos posibles complots terroristas. También se teme que después de una sucesión —tras un periodo de luto nacional— podrían resurgir en Tailandia las diferencias políticas que en el pasado han tenido un efecto desestabilizador. No obstante, en nuestra opinión, el clima para una sucesión real ha mejorado drásticamente en los últimos años; hace tiempo que terminaron las protestas callejeras enfrentadas y los electores han aprobado una nueva constitución. La junta militar permanece en el poder para supervisar la posible sucesión así como las elecciones de 2017. Parece haber un fuerte dispositivo de seguridad en todo el país.
En general, seguimos constructivos sobre la situación macroeconómica de Tailandia. Los grandes bancos del país nos parecen interesantes, ya que los últimos informes de beneficios trimestrales han reflejado crecimiento y las valoraciones parecen razonables.
Nuestras perspectivas
Pese a la volatilidad registrada por ahora en el mercado, cabe señalar que el mercado de valores de Tailandia está en general por encima de los mínimos de 2016 y el baht sigue por encima de sus mínimos registrados a principios del año pasado.[1] A corto plazo, creemos que la transición de poder en Tailandia seguramente afectará algunas áreas concretas de la economía. Es de prever que un periodo de luto nacional incida en los sectores de medios de comunicación y de ocio, por ejemplo, y podría haber un impacto secundario en el turismo. La incertidumbre en torno a la monarquía es motivo de preocupación desde hace tiempo para inversores tanto nacionales como extranjeros; en consecuencia, muchos participantes del mercado tienen excedentes de tesorería que podrían espolear el mercado cuando una sucesión ponga fin a estos temores. Además, el gobierno tailandés está emprendiendo un ambicioso programa de crecimiento a largo plazo en su reciente plan a cinco años, centrándose en el gasto en infraestructuras, tanto directamente con fondos públicos como a través de empresas estatales que ejecutan proyectos, con el respaldo de deuda y alianzas público-privadas.
Aparte de la baja confianza a corto plazo, los factores estructurales del país —tanto desde una perspectiva macroeconómica como de los fundamentos de las acciones tailandesas desde un enfoque bottom-up— nos siguen pareciendo atractivos. Una reducción de la incertidumbre a más largo plazo podría resultar positiva para el mercado tailandés. Consideramos que el reducido déficit fiscal del país del 3% ofrece margen para gastar más en medidas de estímulo, de ser necesario. Además, el sustancial superávit por cuenta corriente (de más del 12% del producto interior bruto) debería de respaldar a la moneda y permitir que Tailandia se beneficie de una posible recuperación del comercio mundial.
Creemos que estos factores, junto con el impulso habitual al gasto que suele acompañar a las elecciones, seguramente tendrán un efecto mucho mayor sobre el crecimiento económico global de Tailandia que la actual incertidumbre a corto plazo. También creo que es muy importante destacar que, si bien sigue habiendo posibilidades de fricciones políticas, Tailandia ha demostrado a lo largo de la historia su capacidad para recuperarse de las dificultades, lo que demuestra la resistencia de su población y economía así como la competencia de su administración. Los eventos recientes no modifican significativamente nuestras perspectivas positivas sobre el país en conjunto.
Los comentarios, las opiniones y los análisis de Mark Mobius tienen carácter meramente informativo, por lo que no deben interpretarse como un asesoramiento de inversión individual ni como una recomendación para invertir en un valor o adoptar cualquier estrategia de inversión. Debido a la celeridad con que pueden cambiar las condiciones económicas y de mercado, los comentarios, las opiniones y los análisis recogidos aquí son válidos sólo en la fecha de su publicación y pueden variar sin previo aviso. Este artículo no pretende ser un análisis completo de cada hecho relevante en relación con cualquier país, región, mercado, sector, inversión o estrategia.
Información legal importante
Todas las inversiones conllevan riesgos, incluida la posible pérdida de capital. La inversión en títulos extranjeros conlleva riesgos especiales, entre ellos el riesgo de fluctuaciones cambiarias, de inestabilidad económica y de acontecimientos políticos adversos. Las inversiones en mercados emergentes, de los cuales los mercados fronterizos constituyen un subgrupo, entrañan riesgos más altos relacionados con los mismos factores, aparte de los asociados a su tamaño relativamente pequeño, su menor liquidez y la falta de estructuras jurídicas, políticas, empresariales y sociales consolidadas para respaldar los mercados financieros. Debido a que estas estructuras suelen estar incluso menos desarrolladas en mercados fronterizos, así como a otros factores, entre ellos el mayor potencial de sufrir una volatilidad de precios extrema, la falta de liquidez, barreras al comercio y controles de cambio, los riesgos asociados a mercados emergentes se ven acentuados en mercados fronterizos. Los precios de las acciones experimentan fluctuaciones, a veces rápidas y drásticas, debido a factores que afectan a empresas concretas, industrias o sectores específicos, o condiciones de mercado generales.
[1] La rentabilidad pasada no es un indicador ni una garantía de rendimientos futuros.