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Dado que las negociaciones comerciales en curso entre Estados Unidos y China siguen suscitando grandes tensiones, sabemos que todas las miradas se concentrarán en el siguiente capítulo de la saga de los aranceles vengativos. Teniendo en cuenta la naturaleza globalizada de la cadena de suministro, los productos tecnológicos se encuentran en el centro de esta disputa, lo cual es motivo de preocupación para algunos inversionistas de mercados emergentes. Algunos analistas han sugerido que la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aplazar la subida de los aranceles sobre algunos productos procedentes de China hasta diciembre se basó en la reticencia al aumento de precios de los teléfonos móviles, ordenadores portátiles y consolas antes del periodo vacacional en Estados Unidos. Sin embargo, las tensiones entre Estados Unidos y China no son el único problema al que el sector tecnológico debe hacer frente.
El deterioro de las relaciones entre Corea y Japón debido a cuestiones históricas el año pasado también ha generado incertidumbre en el sector tecnológico. Japón ha endurecido sus normas sobre las exportación de tres materiales clave para la industria de los semiconductores en Corea del Sur.
Si bien la rivalidad comercial entre Japón y Corea del Sur aún no ha tenido una repercusión significativa a corto plazo, sí ha dado lugar a una menor visibilidad de las perspectivas a medio y largo plazo de la industria, ya que no está claro cuánto tiempo necesitarán Corea del Sur y Japón para llegar a un acuerdo. Si los problemas comerciales entre Corea y Japón persisten o empeoran, los fabricantes de componentes de teléfonos inteligentes más importantes, como Samsung Electronics o Hynix, podrían tener que hacer frente tanto a obstrucciones en la producción como a los desafíos relacionados con la tecnología de próxima generación, ya que llevará tiempo adaptar y/o cambiar la cadena de suministro.
A pesar de esta incertidumbre, nos mantenemos positivos acerca de las tendencias estructurales del sector de hardware tecnológico y todavía vemos oportunidades en el sector de los teléfonos inteligentes, especialmente para empresas con capacidades de innovación y características financieras sólidas.
Los fabricantes de teléfonos inteligentes se disputan la corona de la innovación
El crecimiento de las ventas de teléfonos inteligentes durante la última década ha sido espectacular. En 2016, las ventas mundiales de teléfonos inteligentes habían alcanzado casi los 1500 millones, con lo que había dispositivos suficientes para cada cinco personas en el mundo.1
Muchos fabricantes de teléfonos inteligentes se están preparando para comercializar dispositivos con funciones de quinta generación (5G) a fin de acceder a las nuevas redes móviles 5G que se están implantando en países como Corea del Sur. Sin embargo, hay indicios que apuntan que el mercado mundial de teléfonos inteligentes podría haber alcanzado la saturación y parece que los envíos de teléfonos han caído en el segundo trimestre de 2019.2
Si bien el crecimiento unitario de teléfonos inteligentes se ha ralentizado, esperamos que los fabricantes de estos dispositivos sigan gastando más por teléfono para mejorar determinadas funciones a fin de atraer a los consumidores y ganar cuota de mercado. Esta carrera por mejorar el valor para los consumidores debería crear oportunidades de inversión entre los fabricantes de componentes de teléfonos.
Un aspecto en el que podemos observar que las empresas de fabricación buscan diferenciarse es la calidad de las cámaras integradas en los teléfonos. Las principales empresas han incorporado en sus teléfonos inteligentes un número creciente de cámaras, con diseños más complejos, así como lentes de más resolución.
Esta demanda de innovación constante en el ámbito de la óptica resulta beneficiosa para los líderes tecnológicos del sector de las lentes para teléfonos móviles, pues les permite seguir aumentando no solo el volumen, sino también el precio de venta medio. Esto es así porque el rápido progreso de la innovación en ese ámbito hace posible que los líderes sigan manteniendo e incluso aumentando el precio de venta medio, mientras que los más rezagados luchan por estar a la altura con unos requisitos tecnológicos y de calidad cada vez más altos.
La tensión que genera la guerra comercial ofrece oportunidades de cuota de mercado
Aunque las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China se prolongan, creemos que hay una oportunidad de lograr una cuota de mercado más grande para los competidores del ámbito de los componentes de teléfonos inteligentes de fuera de China.
La razón por la que las empresas están reubicando determinados aspectos de la producción y el montaje de teléfonos inteligentes en países fuera de China no es otra que el aumento de los costes del terreno, la mano de obra y la producción general de bienes en China. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha acelerado esta tendencia.
Hemos visto pruebas que indican que las multinacionales están invirtiendo en proveedores que tienen la capacidad de diversificar, alejándose del mercado de teléfonos inteligentes chino y acercándose a los centros asiáticos de producción a bajo coste. Vietnam y la India han ofrecido atractivas opciones de reubicación. Ambos países acogen prósperas industrias manufactureras y creemos que ambos saldrán favorecidos cuando las empresas inviertan grandes cantidades en fábricas, equipos y cadenas de suministro. Un número cada vez mayor de empresas está estableciendo laboratorios pioneros de desarrollo e investigación en Vietnam y la India, donde los costes de explotación suelen ser más bajos que en las economías avanzadas.
En la India, los flujos de entrada acumulativos de inversión extranjera directa alcanzaron los 64 000 millones de dólares estadounidenses el año pasado.3 Noida, una ciudad de las afueras de Nueva Delhi, es ahora la sede de uno de los centros de fabricación de teléfonos móviles más grandes del mundo. Según las estimaciones del sector, ese centro producirá 120 millones de unidades al año solo para una empresa.
Vietnam también ha sido objeto de atención en todo el mundo. La inversión extranjera directa acumulativa alcanzó los 19 000 millones de dólares estadounidenses en 2018.4 El antiguo centro de fabricación de ropa ha subido en la cadena de valor para producir artículos relacionados con la tecnología, entre otros, componentes de teléfonos móviles. Y, dada la proximidad geográfica del país con China, la integración de Vietnam en las cadenas de suministro de teléfonos inteligentes, a menudo complicadas, resulta más fácil para las empresas.
Si bien las perspectivas de Vietnam son prometedoras, actualmente se enfrenta a ciertas limitaciones para alcanzar la capacidad de producción de China. Sin embargo, creemos que Vietnam y otras economías más pequeñas están ganado cuota de mercado, en particular, en determinados sectores industriales.
Atando cabos
En general, creemos que determinados segmentos de la industria de los teléfonos inteligentes ofrecen un potencial de crecimiento a largo plazo que podría atraer las inversiones durante los próximos años. En nuestra opinión, las actuales tensiones comerciales ofrecen oportunidades para algunas empresas que puedan hacerse camino en estas circunstancias y mantener la capacidad de lograr beneficios en un mercado que ya está saturado.
Como inversionistas a largo plazo, queremos seleccionar empresas que, según nuestro criterio, puedan beneficiarse de las tendencias estructurales comentadas. Buscamos empresas con equipos de gestión de gran calidad, buenas capacidades de innovación y una sólida generación de flujo de caja. En nuestra opinión, estas características ayudarán a las empresas a hacerse camino y ganar cuota de mercado en el complicado entorno de funcionamiento generado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
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1. Fuente: Fondo Monetario Internacional: “A New Smartphone for Every Fifth Person on Earth: Quantifying the New Tech Cycle”, enero de 2018.
2. IHS Markit, agosto de 2019.
3. Fuente: Ministerio de Comercio e Industria, julio de 2019.
4. Fuente: Ministerio de Planificación e Inversión de Vietnam, diciembre de 2018.