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Los responsables políticos de todo el mundo siguen optando por un equilibrio entre la contención de la pandemia mundial de COVID-19 y la gestión de las consecuencias económicas. Muchos países de la región MENA aplicaron medidas de contención además de estímulos monetarios y fiscales. En la mayoría de los casos, se ha observado que el riesgo de que se produzca una disminución prolongada de la actividad económica ha superado el riesgo de que se apliquen restricciones de movilidad adicionales para tratar de contener el contagio del virus.
Creemos que se seguirán relajando las restricciones, lo cual podría verse interrumpido por medidas normativas de prevención ocasionales. Incluso aunque se relajen las restricciones, resulta complicado esperar que la pandemia no tenga una repercusión persistente en el comportamiento de los consumidores o que no se produzca un daño económico permanente por las medidas adoptadas para contenerla. Es probable que los efectos tengan un largo alcance y afecten al crecimiento económico mundial más allá de 2020.
El aumento del desempleo y los crecientes niveles de deuda constituyen desafíos urgentes que los responsables políticos (tanto los bancos centrales como los gobiernos) tendrán que seguir supervisando y abordando. Mientras tanto, es probable que los mercados financieros continúen siendo volátiles, ya que sus participantes se enfrentan a constantes cambios en la información disponible.
En nuestra opinión, la actividad económica seguirá mejorando en los próximos meses a medida que los gobiernos continúen relajando las restricciones relacionadas con la movilidad. Albergamos una confianza menor en lo que respecta a las perspectivas de empleo, ya que las economías locales siguen perdiendo puestos de trabajo y reduciendo los salarios debido al debilitamiento de la demanda.
La recuperación puede tardar
Los mercados de valores de la región MENA se han recuperado de los niveles mínimos alcanzados durante el punto álgido de la caída impulsada por la pandemia esta primavera, pero la realidad de la pandemia y la bajada de los precios del petróleo han hecho que las perspectivas para el resto del año 2020 sean más débiles. Las estimaciones respecto a las ganancias se han corregido a la baja y, actualmente, reflejan una recuperación gradual para finales de año. El mercado sigue creyendo que la recuperación debería producirse en 2021, aunque a niveles inferiores a los de 2019.
Dicho esto, una gran disminución de la rentabilidad de las empresas a corto plazo no debería afectar a las perspectivas a largo plazo de las empresas de mayor tamaño que pueden absorber la conmoción actual.
Desde nuestra última publicación, seguimos creyendo que los momentos de tensión inusual pueden generar buenas oportunidades para la reasignación del capital y para establecer nuevos puntos de acceso a empresas de calidad. Los sectores resistentes, como los bienes básicos de consumo, la atención sanitaria y la tecnología, parecen estar bien posicionados para salir beneficiados del brote de COVID-19: hemos observado que existen indicios de que las medidas de cuarentena han impulsado el uso y la necesidad de los servicios que ofrecen estos sectores. Las ventas del comercio al por menor en línea están en auge, ya que los minoristas convencionales con establecimientos físicos se están apresurando a trasladar sus ofertas a los canales digitales.
Seguimos decantándonos por las empresas sólidas que cuentan con los balances y la flexibilidad necesarios para adaptarse al nuevo mundo posterior a la COVID-19. Estamos firmemente convencidos de que las empresas que se centran en lograr grandes movimientos estratégicos en todas las fases del ciclo económico pueden aumentar sus oportunidades de obtener un desempeño superior al de sus homólogas a largo plazo.
Cabe destacar que el sistema bancario del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se encontraba en una situación considerablemente mejor al comenzar la crisis actual que antes de la crisis financiera mundial de 2008-2009.
A nuestro juicio, los bancos de la región poseen grandes capitales y disponen de amplios colchones para soportar la volatilidad. Aunque es probable que los préstamos no productivos aumenten y es posible que la rentabilidad se vea sometida a presión, esperamos que se pongan en práctica políticas gubernamentales para mitigar algunos de los efectos. Los precios de las acciones de los bancos también han bajado de manera significativa hasta alcanzar unos niveles registrados por última vez durante la crisis financiera mundial. Esto apunta hacia grandes desajustes en sus balances que, en este momento, nos parecen prematuros.
Perspectivas de cada país
Emiratos Árabes Unidos: No existe ninguna duda de que la economía de los Emiratos Árabes Unidos es víctima de su propio éxito. Los años en que se orientó la economía hacia otros sectores no relacionados con el petróleo han beneficiado inmensamente al país. No obstante, su economía se ha visto muy perjudicada por la pandemia mundial, dada su considerable exposición a sectores directamente afectados, como el inmobiliario, el hostelero, el del transporte y el de la venta minorista. El mercado de renta variable de los Emiratos Árabes Unidos se ha visto muy afectado y está obteniendo algunos de los peores resultados del mundo este año. La magnitud de las perturbaciones provocadas por la caída en los precios del petróleo y la pandemia de COVID-19 no tiene precedentes y es difícil de cuantificar. Dicho esto, consideramos que las últimas políticas del país destinadas a suavizar los requisitos de residencia a largo plazo y los límites a la propiedad extranjera podrían ayudar a mitigar algunos de los riesgos. Además, bajo nuestro punto de vista, la infraestructura de primera categoría, la conectividad sólida y la condición de paraíso fiscal del país deberían seguir respaldando la posición de los Emiratos Árabes Unidos como un conveniente núcleo internacional. Esperamos que cualquier avance que se produzca en la esfera de la salud o una normalización general de las restricciones a los viajes tengan una repercusión más sustancial en la economía de los Emiratos Árabes Unidos y el mercado en general. Consideramos que las dificultades a las que se enfrenta la economía persistirán; no obstante, las puntuaciones de los parámetros de valor del mercado de los Emiratos Árabes Unidos son elevadas, lo que podría atraer a aquellos que buscan oportunidades a largo plazo.
Arabia Saudí: El gobierno ha adoptado medidas audaces y, al mismo tiempo, drásticas para reducir el gasto y aumentar los ingresos. La congelación de la contratación, la suspensión del gasto de capital y un aumento del 10 % del impuesto sobre el valor añadido (IVA), el mayor en la historia del país, tratarán de restaurar las finanzas públicas, pero, al mismo tiempo, perjudicarán gravemente a las perspectivas de crecimiento del país. En vista también de las restricciones derivadas de la pandemia y la presión a la que están sometidas las perspectivas de la demanda, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que el producto interior bruto (PIB) del país se contraiga un 6,8 % en 2020, y que se recupere un 3,1 % en 2021.1 Sí prevemos una recuperación de la economía en 2021, a medida que la producción de petróleo aumente y la economía se normalice.
De cara al futuro, seguimos viendo desafíos para el sector privado, ya que las empresas tienen que lidiar con las restricciones a la movilidad, el descenso de la demanda y la subida del IVA. A más largo plazo, en vista del entorno caracterizado por un crecimiento menor, las empresas deberán replantearse sus modelos de negocio y gestionar sus costes. Los participantes más débiles podrían verse expulsados, al tiempo que las franquicias más sólidas con balances líquidos probablemente aumenten su cuota de mercado. A pesar de la incertidumbre del entorno macroeconómico actual, la cartera de ofertas públicas iniciales sigue creciendo, aumentando así el universo de oportunidades de renta variable.
Egipto: La pandemia ha puesto de relieve las vulnerabilidades de la cuenta de transacciones con el exterior del país. Pese a las importantes reformas y políticas que el país ha puesto en marcha en los últimos tres años, Egipto sigue dependiendo en gran medida del turismo, de los ingresos del canal de Suez y de las remesas para financiar el importante déficit de su balanza comercial. Sin embargo, la crisis actual ha puesto de manifiesto el gran apoyo del que goza Egipto por parte de los organismos multilaterales, y el FMI ha contraído un compromiso de financiación adicional de 8000 millones de USD. Por otra parte, el país ha obtenido de manera satisfactoria otros 5000 millones de USD del mercado de eurobonos, un flujo de entrada adicional en moneda fuerte que ayudará al país a superar el déficit de financiación.
Kuwait: El Consejo de Ministros del país aprobó una batería de reformas económicas y recomendó la aprobación de la ley sobre la aceleración de la deuda. Las propuestas también establecen que la transferencia anual del 10 % de los ingresos del país al Fondo de las Generaciones Futuras dependerá del superávit del presupuesto público. La aprobación de la ley sobre la deuda en el Parlamento es un requisito necesario para que el gobierno pueda cubrir su brecha de financiamiento derivada del descenso de los precios del petróleo y restaurar parte de su gasto de capital sin mermar los fondos estatales. Consideramos que hay muchas probabilidades de que se apruebe la ley relativa a la deuda.
Limitación de las repercusiones humanas y económicas de la pandemia de COVID-19
Considerábamos que los bancos centrales del mundo no se contendrían a la hora de tomar nuevas medidas monetarias o fiscales para inyectar liquidez en los sistemas bancarios y contribuir al consumo. La tabla siguiente presenta la respuesta política en los países de la región MENA, que ha variado de un país a otro. En nuestra opinión, deberían tomarse más medidas para mitigar los posibles riesgos nuevos para la actividad económica.
Respuesta política a la COVID-19 en los países de la región MENA
De enero a junio de 2020
Fuente: FMI. *Un punto básico es una unidad de medida. Un punto básico equivale al 0,01 %.
Hemos explicado antes que, como con cualquier crisis, algunos saldrán ganando y otros, perdiendo. Algunos sectores como la educación, la atención médica y la venta al por menor han innovado con rapidez durante el confinamiento, y no cabe duda de que ciertos ámbitos del gasto relacionado con la tecnología romperán la tendencia de debilidad de otros sectores, muchos de los cuales ni siquiera habían recuperado por completo el gasto en inversión tras la crisis financiera mundial de 2008. Como inversores activos, no creemos que hayamos acabado con los desafíos de la COVID-19 por el momento; no obstante, esto también podría constituir una oportunidad de atraer a los que buscan gangas a largo plazo a la región MENA.
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1. Fuente: Fondo Monetario Internacional, Perspectivas de la economía mundial, junio de 2020. No hay garantía de que las proyecciones, previsiones o estimaciones vayan a cumplirse.